LOS CELOS INFANTILES

LOS CELOS INFANTILES

Los celos infantiles son un estado subjetivo caracterizado por una sensación de frustación al creer que ya no somos correspondidos emocionalmente por las personas queridas o, al menos, con la intensidad y frecuencia que deseamos o necesitamos.

Son un comportamiento afectivo a través del cual el niño expresa su miedo ante la posibilidad de perder o ver reducida la atención de sus figuras de apego.

Muchas son las causas que pueden disparar los celos. En la infancia es habitual su aparición tras el nacimiento de un hermanito. El niño se protege y reclama seguir teniendo la misma atención que se le dispensaba antes y que ahora tiene que ser compartida. Por lo tanto, puede tener un valor adaptativo a la nueva situación. Pero en ocasiones, la respuesta de los celos es exagerada, prolongándose en el tiempo y generando un deterioro en las relaciones familiares. Es en estos casos, donde es necesaria la ayuda de un profesional.

CAUSAS DE LOS CELOS INFANTILES

Algunas de las causas generales que pueden provocar celos infantiles son:

  • Privilegios. El niño celoso detecta que parte de sus privilegios han de ser compartidos ahora. A nadie le gusta dejar de ser el centro único de atención. El nuevo miembro se ve como un rival que lucha por estos privilegios.
  • Momento evolutivo. Los celos son normales dentro del curso evolutivo y a edades tempranas tras el nacimiento de un hermano. La etapa más sensible es cuando la llegada del hermano se produce durante las fases del apego emocional, que implica una mayor demanda de afecto todavía. Además cuanta menos diferencia de edad exista entre hermanos, mayor será esa rivalidad adaptativa.
  • Características de los padres. Loa estilos educativos de los padres son un factor a tener en cuenta. Cuando los padres presentan un estilo abierto, comunicativo, de igualdad de trato, de afecto compartido, sin establecer comparaciones entre hermanos y sabiendo destacar lo mejor de cada uno, se minimizan los riesgos de celos.Cuando la atención hacia los hijos es asimétrica los celos se pueden potenciar. Hay niños más extrovertidos, alegres o con mejores recursos sociales para poder acaparar la atención con mayor facilidad que otro de sus hermanos. Es normal, que estos niños reciban más atención de las demás personas.Algunos estudios avalan la hipótesis de que una buena relación padre-hijo antes del nacimiento del hermano minimiza el riesgo de conflicto posterior con la madre por los celos.
  • Factores ambientales. Cada niño va construyendo un individuo con características únicas que van a estar influidas por la interacción de su genética con las experiencias vividas y la educación recibida.

Los niños que han sufrido carencias afectivas en su primera infancia, pueden desarrollar posteriormente, aunque el contexto se normalice, una sensibilidad especial hacia la necesidad continua de atención y por tanto mayor riesgo de desarrollar conductas celosas.

En general, podemos afirmar que tanto un ambiente afectivo excesivo como lo opuesto, pueden provocar desajustes que cursen con episodios de celos entre otras manifestaciones conductuales.

SINTOMAS Y MANIFESTACIONES DE LOS NIÑOS CELOSOS

Los indicadores de la presencia de celos en niños pueden ser muy variados y van desde la aparición de conductas de aislamiento, infelicidad y frustración a conductas disruptivas y agresivas dirigidas tanto a las personas objeto de envidia como hacia las figuras de apego.

En general los niños celosos pueden manifestar algunas de las siguientes conductas:

1.- Lloros frecuentes sin motivo. Tristeza acompañada de manifestaciones verbales de no sentirse suficientemente querido.

2.- Aparición de nuevas conductas, normalmente desadaptadas con la intención de llamar la atención de los padres (pipi en la cama, negarse a comer, agresividad injustificada ante objetos…)

3.- Cambios en la expresión verbal y gestual. Retroceden a un lenguaje más infantil con presencia de gestos inmaduros como chuparse el dedo.

4.- Alteraciones en los patrones de comida y sueño.

5.- Negativismo, terquedad y dificultad para obedecer.

6.- Negar sistemáticamente los errores propios y culpabilizar a los otros de sus problemas o actitudes (en especial al hermano objeto de celos).

7.- Somatizaciones. Dolor de estómago, cabeza, cansancio, enuresis, vómitos,….

PAUTAS PARA PREVENIR SU APARICIÓN

– Establecer límites claros. Los adultos son los que protegen y estimulan a los niños pero siempre exigiendo unos límites claros que los niños entiendan y sean conocedores de ellos.

– Escuchar al niño, permitiéndole la expresión de emociones. Hacerles ver que se les comprende.

– Ignorar las conductas inadecuadas, no centrarse especialmente en ellas. Es preferible eso a regañar continuamente, ya que esto podría reforzar la idea de que ha perdido el cariño de sus padres.

– Estar atentos a reforzar las mínimas conductas adecuadas. En los momentos donde busca la atención de los mayores, será mejor que lo haga con conductas adecuadas que además mejorarán su autoestima.

– Evitar gritos y descalificaciones y más todavía en público. Las correcciones en privado, los elogios y valoraciones positivas en público.

– Darles pequeñas responsabilidades en el cuidado del hermano pequeño.

– Pasar momentos exclusivos con el niño que note que le queremos y le escuchamos.

– Cuando el niño pequeño moleste o rompe cosas del mayor, no disculparle porque es pequeño, enseñarle a asumir también su responsabilidad.

– No hay que olvidar que las reglas y los privilegios no pueden ser igual para todos los hermanos, sino en función de la edad de los niños. Así, un niño mayor puede acostarse más tarde, pero también asumir en alguna tarea mayor responsabilidad.

 

Mª Carmen Serrano (Psicóloga Infantil)

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