01 Oct VIDEOJUEGOS: CREANDO UNA NUEVA GENERACIÓN
En plena era digital son innumerables las cuestiones planteadas en consulta acerca de las consecuencias positivas y negativas derivadas del uso de los videojuegos.
El choque generacional entre los padres cuyo ocio se veía vinculado a muchas actividades al aire libre y la generación actual cuyo ocio se vincula a las nuevas tecnologías, en gran proporción hace que, en muchas ocasiones, veamos el avance tecnológico como un enemigo.
En este artículo vamos a hacer un recorrido por los aspectos positivos y negativos del uso de los videojuegos.
- Actividad cerebral y videojuegos
- Desarrollo positivo.
- Adicción negativa.
- Edad y videojuegos.
- Avances cognitivos.
- Frustración y enfado.
En la última década son innumerables los estudios llevados a cabo para valorar el impacto a nivel neurológico, cognitivo y social de la implantación de la era tecnológica.
A nivel neurológico, tras realizarse un análisis de los distintos estudios científicos por la Universidad de Cataluña (UOC) y el Hospital General de Massachussets de Boston, concluyó que el uso de los videojuegos afecta al funcionamiento y a la estructura cerebral produciendo cambios en ciertas regiones.
Desde la corriente médica se evidencia a través de diferentes medios de evaluación y observación cambios en distintas áreas cerebrales como el área tegmental, núcleo accumbens, la corteza frontal.
Entrando en la funcionalidad del cerebro encontramos cambios significativos en la atención selectiva y dividida, así como la coordinación visual motora. Por lo tanto, el uso de videojuegos sería un campo de entrenamiento de estas habilidades, así como modo de tratamiento en trastornos de atención, autismo…
Gómez del Castillo (2007), evidencia cuatro aspectos pertenecientes al aprendizaje:
- Cognitivos: Memorización de hechos, observación de detalles, percepción y reconocimiento espacial, descubrimiento inductivo: capacidades lógicas y de razonamiento, conocimientos geográficos,…. Comprensión lectora y vocabulario, resolución de problemas y planificación de estrategias.
- Destrezas y habilidades: Autocontrol y autoevaluación, motivación, instinto de superación, habilidades motrices, reflejos y respuestas rápidas y percepción visual.
- Socializadores: Aumento de autoestima, interacción con amigos de manera no jerárquica (online).
- Alfabetización digital: Introducción en el mundo de la informática.
– ¿Debemos atender a la edad especificada en el videojuego?
De manera cotidiana nos encontramos innumerables casos donde niños de edad infantil juegan a juegos para mayores de 18 años.
Pese a que la causa muchas veces se vincula con el contenido violento del mismo, no es la principal razón para cuestionar su uso en edades tempranas.
La principal razón es el nivel de competencia a nivel neurológico que nos exige el juego, jugar a un nivel más avanzado lleva a exponer al niño a un nivel de atención, excitación, superior al que su cerebro puede resistir, con la consecuencia de una mayor frustración y pérdida de control del enfado, manifestándose una conducta cada vez más violenta, así como una mayor potencia adictiva.
La adicción al videojuego cursa de manera similar a la ludopatía, es decir, sometido al sistema de recompensa, a nivel neurológico activaría el núcleo Accumbens central del placer y sistema de recompensa.
El formato que establecen los videojuegos, dotados de gran dinamismo, estimulación visual, estímulos presentados repetidamente, así como los premios intermitentes, aumentan la activación de la atención y alerta, y el acceso a la recompensa refuerza la conducta. Pese a que en pequeñas dosis mejora la atención y agudeza visual, en sujetos cuyo uso es excesivo producen efectos perjudiciales en impulsividad y genera adicción.
Desde nuestro Centro, recomendamos un uso responsable y supervisado sin evitar el impacto tecnológico en esta generación, debemos observar a nuestros hijos y dirigir el establecimiento del ocio generalizado, donde conviven tecnología y actividades sociales al aire libre o vinculadas al deporte.
El establecimiento de unas horas determinadas y fijas en un tiempo, también son un buen aliado, así el niño no estará todo el día posponiendo sus obligaciones por jugar. El tiempo de exposición debe estar muy limitado los días de diario y más abierto el fin de semana, pero con horas preestablecidas, y si el menor se resiste, siempre podemos apagar el router.
Psicóloga
Laura Asensio
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