El desarrollo del lenguaje

06 Feb El desarrollo del lenguaje

Hoy en día, ante la pregunta “¿cuándo comenzará a hablar mi hijo/a?” comúnmente se responde: » Lo normal es que hable…» Pero, ¿cuándo es » lo normal»? La respuesta exacta variará de una familia a otra, ya que, si una de ellas ha tenido antecedentes familiares con retraso en el desarrollo del lenguaje, para dicha familia, esa adquisición del lenguaje tardía será » lo normal».

Sin embargo, los estudios indican que alrededor de los 6 meses, los bebés comienzan a desarrollar sonidos tales como reduplicaciones, balbuceo… A partir del año, tienden a comenzar con primeras palabras, utilizando una única palabra para comunicarse. Es a partir de los 18 – 24 meses cuando comienzan a emplear oraciones de 2 palabras. A la par de esto, se va desarrollando su almacén léxico – semántico o vocabulario y su habilidad expresiva y comprensiva  (entre otros).

Volviendo entonces a la pregunta de antes, ¿cuándo comienzan a hablar los niños/as? Evidentemente cada niño/a, tiene un desarrollo individual, pero, los estudios nos confirman que las etapas de desarrollo del lenguaje son las que se han comentado con anterioridad, y que la inteligibilidad del habla del niño/a a los 4 años, para oyentes desconocidos, debe de ser casi en la totalidad de su lenguaje.

¿Qué hacer si no sigue el desarrollo esperado? 

Ante cualquier signo de alerta, es recomendable que se consulte con un profesional del lenguaje, para valorar las circunstancias individuales y específicas del caso, y determinar la existencia o no de algún desfase en el desarrollo. Pero, es importante también conocer el trabajo logopédico preventivo. Este trabajo no es sinónimo de: “mi hijo/a tiene un diagnóstico” es sinónimo de: “mi hijo/a presenta alguna dificultad en algún aspecto del lenguaje, trabajémoslo para conseguir que deje de serlo”.

Pautas generales para estimular el desarrollo del lenguaje en casa

• Fomentar la necesidad de hablar en lugar de conformarse con sus gestos.
• Proporcionarle un correcto modelo de la verbalización sin exigirle su repetición.
• Hablar con el/la niño/a sin gritar, despacio, con frases comprensibles y directas, bien ordenadas.
• Evitar la imitación de su habla infantil.
• Enseñar el nombre correcto de los objetos, comenzando por los más familiares: alimentos, animales, partes del cuerpo, partes de la casa, etc.
• Evitar que pronuncie bien a la primera. Es preferible enseñárselo poco a poco y felicitándole por la imitación de cualquier sonido / palabra.
• Evitar enseñar nombres infantiles: el gua-gua, el pipi…
• Repasar de manera lúdica el vocabulario que va aprendiendo: “¿Cuál es el tenedor? ¿Cómo se llama esto?…
• Evitar emplear términos generales tales como: eso, aquel juguete, este…

Juegos para estimular el desarrollo del lenguaje

1. Objetivo: Desarrollar habilidades de imitación vocálica y memoria auditivo-verbal.
   Cantar o tararear canciones, imitar sonidos de los animales y de la vida diaria…. Algunos ejemplos:

• Colocarse enfrente del niño, manteniendo contacto ocular y modelar vocalizaciones, comenzando por sonidos guturales (g, j, k), posteriormente vocales – (a) – (o) y primeras consonantes – (m) – (p). Jugar con el ritmo, la entonación y la intensidad.
• Progresivamente, asociar sonidos a gestos utilizando canciones.
• Emitir sonidos sin que se observe el objeto.

2. Objetivo: Potenciar la intencionalidad comunicativa y las habilidades comunicativas tempranas.

Fomentar momentos comunicativos, realizando juegos entre dos, hacer cosquillas, masajes en la cara, pedorretas, imitar caras (juego del espejo), juegos sorpresa como soltar un globo o hacer sonar un matasuegras…).

• Hacerle gestos con la boca, los ojos, la lengua, etc., que observe la movilidad del rostro humano.
• Juegos de espejo, juegos con juguetes con sonidos y juegos corporales de incitación al sonido…

3. Objetivo: Aumentar la función declarativa del lenguaje.
   • Realizar juegos en los que se oculta un objeto en la mano, él tiene que descubrirlo. Lo animamos a que lo nombre (o le ayudamos a nombrarlo).
   • Comentar explícitamente las acciones que realizamos con lenguaje poco elaborado.
   • Estimular comentarios sencillos de descripción (p.ej. se caen objetos y se expresa “¡oh! se ha caído”).

Lourdes Gonzalez Benitez (Logopeda)