14 Ene Altas capacidades: Características, evaluación y diagnóstico.
La sociedad en general, asocia superdotación o altas capacidades con una persona «muy lista», con altas calificaciones académicas, pero ¿Qué características a parte de un alto cociente intelectual tienen las personas con altas capacidades?
Los niños/as con altas capacidades o superdotados tienen una serie de características emocionales y conductuales en ocasiones difícil de entender. A veces, tener altas capacidades no es sinónimo de buenas calificaciones o éxito, al contrario, son muchas las personas con altas capacidades que suelen tener fracaso escolar.
Es común encontrar en consulta niños/as que acuden porque se distraen, les cuesta concentrarse, les resulta difícil adaptarse a las normas de clase, que interrumpen, etc. Sin embargo, al entablar conversación con ellos/as y comenzar la evaluación, enseguida nos damos cuenta que podemos estar frente a un niño/a con altas capacidades.
¿Cuáles son las características más comunes de niños/as con altas capacidades?
- Gran curiosidad y creatividad.
- Suelen ser muy imaginativos.
- Poseen una gran sensibilidad hacia el mundo que le rodea, por temas de moralidad y se muestran muy irritables con las injusticias.
- Muy observadores y abiertos a situaciones inusuales.
- Exigentes y críticos consigo mismo y a veces con los demás.
- Pueden presentar problemas de relaciones con sus iguales ya que suelen tener intereses distintos. Por ello, les gusta relacionarse con niños/as de mayor edad.
- Rechazo a la autoridad y las normas, suelen ser muy independientes.
- Capacidad de liderazgo.
- Facilidad para aprender.
- Se suelen aburrir en clase.
- Son aparentemente muy distraídos.
- Se sienten incomprendidos, raros.
No obstante, para hacer un diagnóstico de altas capacidades no es suficiente con estas características, es necesario realizar una evaluación de la inteligencia mediante pruebas estandarizadas y validadas.
El Cociente Intelectual o CI, es, en sí mismo, una medida de la inteligencia. Se trata del producto de dividir la edad mental por la cronológica y multiplicarlo por 100.
Existen numerosos test y escalas para medir la inteligencia, por ejemplo: Escala de inteligencia Stanford-Binet, test de matrices progresivas de Raven, test de factor G de Cattel, Escalas de inteligencia de Wechsler, etc. Siendo ésta última de las más utilizadas.
En las escalas Wechsler, encontramos una escala para adultos, WAIS, la cual mide la inteligencia a partir de los 16 años de edad. Y dos escalas para niños/as, WICS (de 6 a 16 años) y WIPPSI (DE 3 a 6 años).
Las escalas Wechsler permite obtener tres CI: CI verbal, manipulativo y total. Los CI se obtienen comparando los resultados de cada persona con las puntuaciones obtenidas por otras personas de su misma edad. Un CI= 100 se considera un puntuación normal. Para el diagnóstico de altas capacidades la persona debe superar un CI de 130.
Una vez finalizada la evaluación y teniendo en cuenta las características anteriormente mencionadas, así como su CI, se realizará el diagnóstico de altas capacidades. Parece fácil, pero ¿Qué supone para los padres tener un hijo/a con altas capacidades?
Para muchos padres supone enfrentarse a dudas, dificultades para entender a su hijo/a, quejas por parte del profesorado, problemas a la hora de llevar a cabo pautas educativas, etc.
El papel de la familia es esencial para responder a las necesidades que tienen estos niños y niñas. Es aconsejable que los padres asistan a consulta para recibir pautas e información haciendo así más llevadera la educación de su hijo/a.
A continuación se señalan algunas pautas a tener en cuenta:
- No olvide que es un niño/a. Es importante tener en cuenta este punto ya que en ocasiones debido a la madurez del niño/a, a sus preguntas, a su intención de ejercer control sobre lo que le rodea, les damos demasiadas explicaciones, tratándolos como a un adulto. Necesitan ser queridos, jugar con ellos, darle cariño y también ponerle límites como a cualquier otro niño/a, aunque sus capacidades intelectuales estén más desarrolladas.
- Estimularle y motivarle pero no exigirle demasiado ni presionarle a que destaquen en todo.
- No reforzar su competitividad. Por el hecho de tener una alta capacidad no tiene que ser él/la mejor en todo. Fomentar la importancia de participar, de divertirse, de relacionarse con sus iguales, sin necesidad de destacar.
- Es aconsejable que realicen actividades extraescolares en las que puedan desarrollar su creatividad. A parte de las tareas de tipo escolar, normalmente necesitan llevar a cabo actividades lúdicas diferentes. Es muy importante que estas actividades sean ellos/as quienes las elijan.
- Fomentar su desarrollo social. Dejar tiempo y espacio para relacionarse, para jugar.
- No tratarle de forma diferente al resto de sus hermanos/as, o del resto de niños/as de su edad.
Jessica Harana (Psicóloga)
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