20 Abr AMOR ADOLESCENTE
Datos del Instituto Nacional de Estadistica (INE); En los últimos años ha aumentado el número de menores que acuden a terapia por violencia de género; así como han disminuido la edad con la que se solicita este tratamiento.
Según los estudios, un 27% de los jóvenes creen que la violencia machista es “normal” en la pareja.
En la actualidad, donde las nuevas tecnologías hacen más evidente la realidad social, son numerosos los estudios sobre nuestra población adolescente, el bullying, el uso irresponsable de las redes sociales, y el maltrato son sucesos cuantiosos en la actualidad.
¿Pero son estos estudios visibles en consulta?;
Desde nuestro Centro damos veracidad a estos estudios, incluso cuando los motivos de consulta no son la cuestión en sí, encontramos situaciones donde ambos géneros identifican celos y amor; control y fidelidad; posesión y sentido de pareja.
Encontramos adolescentes que ponen hora a sus parejas como si de padres se tratasen, controlan su ropa y sus relaciones.
La falta de flexibilidad mental en esta población hace muy difícil dotarle de otra forma de entender el mundo de la pareja.
La precocidad con la que nuestros menores se internan en pareja, hace que nos encontremos con relaciones muy consolidadas cuya dinámica es aún inmadura. La única forma de vencer la incertidumbre es el control y no la confianza en el otro miembro.
– Qué le ocurre al cerebro adolescente:
El problema radica principalmente en la estructura y funcionamiento cerebral durante la adolescencia. En el periodo comprendido entre los 12 y 20 años, el cerebro sufre una profunda transformación, a pesar de que a la edad de seis años, el cerebro ha alcanzado casi su totalidad de tamaño, es en estos años donde su funcionamiento y el sistema por el cual se produce la sinapsis comienzan a transformarse.
Los axones comienzan a ampliar su capacidad de transmisión, así como las dentritas que captan las señales de otras neuronas, y se produce una poda de las ramificaciones usadas en la infancia, por lo que el paso de un sistema a otro produce ciertas deficiencias, aunque le aporta una gran velocidad.
Los escáneres, a su vez, demuestran que hay un cambio en el uso de otras estructuras cerebrales más cercanas al lóbulo frontal, situado en la parte anterior del cerebro (nuestra frente); el cuerpo calloso que conecta ambos hemisferios se engrosa y se hace más eficiente y el hipocampo (encargado de la memoria se conecta con el lóbulo frontal), lo que aporta más conciencia de idealidad en los adolescentes.
Pese a estas mejoras, el cerebro adolescente está aún en proceso, las áreas cerebrales recién estrenadas no funcionan de forma automática, sino dependiendo mucho de la voluntad del sujeto y son muy vulnerables con la recompensa; “Si encuentran un motivo, habrá esfuerzo”. El refuerzo social es sumamente importante, de ahí la importancia de su grupo de pares.
Los innumerables cambios físicos a los que se han expuesto y la falta aún de madurez, hace que sea muy importante la aprobación de los demás.
El nacimiento del pensamiento abstracto hace que no se basen solo en la realidad, sino también en lo posible, que unido a su todavía egocentrismo, les hace creer que son el centro del universo y el objeto de todas las críticas.
Todos estos procesos y cambios hacen al adolescente un individuo con numeroso altibajos y pocas estrategias por su falta de experiencia, moviéndose en unos parámetros de lo que debería ser, donde la distorsión generada por unas relaciones de pareja con connotaciones machistas hacen que a menudo experimenten relaciones tóxicas, donde se ve acentuado su impacto.
Si a este hecho sumamos que nuestros adolescentes se relacionan, no sólo en un entorno social, sino también en Internet con numerosas redes sociales, nos encontramos con verdaderos problemas de celopatía y con asaltos a los derechos a la intimidad; novios que miran móviles, novios que prohíben Facebook y contraseñas secretas que son controladas entre ambos miembros.
A todo esto, se suma el control de otras personas que se relacionan con las parejas, menores que amenazan a otros miembros de su grupo por hablar con su pareja, por mirarlas…
Desde nuestro Centro, y como ya indicamos al inicio, tratamos de reeducar un modelo más adaptativo y saludable de pareja y alertamos de la preocupación de estas relaciones de pareja en la etapa adulta; Si en 2018 existen 11 mujeres asesinadas, el futuro no se presenta nada positivo.
Laura Asensio Lozano (Psicóloga)
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